La artista lucense Gema López expone en Madrid

Cuerpo permeable/ Cuerpo insustituible

El espacio de la exposición está dividido en dos tramos y enlaza dos conceptos:

Por un lado, la unión del yo y las circunstancias que me rodean: El cuerpo permeable. Las tesis de Gema parten siempre de conceptos inmateriales que toman forma a través circunstancias que me rodean: El cuerpo permeable. Las tesis de Gema parten siempre de conceptos inmateriales que toman forma a través de la figuración. 

Los cuerpos, siempre interpretados como un continente descontextualizado e impersonal, son los protagonistas absolutos de historias que el propio espectador es invitado a descifrar de manera subjetiva. Se trata de un traspaso de poderes. Ella recrea de forma plástica sus recuerdos y sensaciones, para luego nosotros recibirlo aunando nuestras propias vivencias a la obra. 

Cuando habla de cuerpo permeable, por lo tanto, nos muestra cuerpos carnosos y reales que se empapan de un aura espesa y surreal. Son cuerpos que absorben su entorno. Lo que vemos, son las personas, sus circunstancias y su memoria subjetiva. La estética azulada y fantasmagórica, ayuda a abrazar esa sensación de cambio constante, de metamorfosis. Personajes que se adaptan a las nuevas realidades y entornos. 

Tenemos en esta primera parte 5 obras que se salen de la línea autobiográfica, pero que ahonda más profundamente, si cabe, en la permeabilidad de las vivencias en la psique de las personas. Aluden al silenciamiento de la mujer bajo el yugo talibán en los pueblos y ciudades de Afganistán. Veladas por un halo fino e inmersas en diferentes paisajes al anochecer.

Las protagonistas se sitúan en un lugar cualquiera, en un momento cualquiera. Son visibles, pero casi trasparentes. Están ahí, pero aparentan desaparecer.

Por el otro lado, tenemos el yo que busca la identidad individual a través de la introspección y de los sentimientos que otras personas generan en su psique.

Se trata de un ejercicio de absorción, casi contrario al anterior. Es el cuerpo insustituible y conforma el segundo tramo de la exposición. La artista adopta aquí un carácter plástico más abstracto dejando entrever pequeños detalles que aluden a realidades y sentimientos individuales. Habla de la necesidad de continuidad humana, del linaje y de la familia escogida. 

Ya no se trata de una invitación a ver nuestras experiencias en las suyas. Es la presentación plástica del sentimiento único e individual. 

Serie de retratos

En este segundo tramo, encontramos una serie de retratos en monocromo llamada “Ahora que no te puedo ver”. 

Con la premisa de las separaciones físicas provocadas por las recientes restricciones de movilidad durante la pandemia, Gema reflexiona sobre “la memoria visual, reproduciendo una suerte de impresiones minimalistas de diez personas escogidas meticulosamente por formar parte de mi entorno más personal”.

Con un material muy aguado, representa los rasgos más característicos de cada retratado, dejando que la memoria y el sentimiento actúen. El propio soporte de papel, tiene especial importancia en la serie ya que actúa como velador; como un obstáculo visual, un haz de luz que impide que veamos más allá de los rasgos imprescindibles. 

Con esta exposición, Gema López nos lleva de la mano al interior de su psique y con ello, nos adentra también en el nuestro. La conciencia colectiva en torno a temas tan íntimos es vital para poder sanar una sociedad dañada. Aquí estamos. Esto somos.